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La operación Purga dejó 11 detenidos en Costa Rica y conectó con capturas en España, Alemania y Portugal. Las autoridades confiscaron más de 5 toneladas de droga.
Las autoridades judiciales y policiales de Costa Rica realizaron este 11 de junio un operativo de gran escala en el que desarticularon una red criminal dedicada al tráfico internacional de cocaína. La operación, bautizada como “Purga”, incluyó 20 allanamientos simultáneos en Cartago, Limón, Alajuela y San José, y dejó como resultado la detención de 11 personas vinculadas al grupo.
Contaminaban contenedores desde empacadoras
Según explicó Stephen Madden, director de la Policía de Control de Drogas (PCD), esta estructura criminal operaba desde 2023 con un esquema sofisticado: “no contaminaban los contenedores en los puertos, lo hacían desde fábricas empacadoras que alquilaban o adquirían. Usaban frutas, tubérculos y hasta chatarra para camuflar los cargamentos”, afirmó.
Las investigaciones determinaron que la organización envió al menos 5.400 kilogramos de cocaína a Europa. De esa cantidad, 1.800 kg fueron incautados en puertos costarricenses y el resto en países como España, Alemania y Portugal, donde también se arrestaron 25 personas, entre ellas un costarricense de apellidos Ramírez, identificado como uno de los líderes de la red. Uno de los líderes de esta red ya había sido detenido este año en territorio español.
Perfil empresarial para legitimar ganancias
Durante el operativo se buscó también capturar a miembros encargados de legitimar capitales. El fiscal general, Carlo Díaz, detalló que el grupo reclutaba empresas exportadoras con el fin de insertar los alijos en exportaciones legales: “estas organizaciones contactaban a compañías exportadoras y negociaban con ellas para esconder la droga en cargamentos regulares hacia Europa”.
El ministro de Seguridad, Mario Zamora, destacó que la operación representa “la internacionalización de la justicia costarricense” y reconoció el trabajo conjunto con policías europeas: “hubo oficiales nuestros colaborando físicamente en España en la recolección de información y coordinación de detenciones”.
La PCD contó con el apoyo del Servicio de Vigilancia Aérea (SVA) y la Unidad Especial de Apoyo (UEA), que utilizaron drones para la localización de sospechosos durante los allanamientos. En uno de ellos, en Piedades de San Ramón, un sospechoso intentó huir hacia una zona boscosa, pero fue localizado gracias a esta tecnología.
Finalmente, se constató que las ganancias se movían a través de transferencias bancarias y criptomonedas, y que los investigados invertían en bienes raíces y vehículos de lujo, por lo que también se sospecha de lavado de dinero.