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Israel llevó a cabo bombardeos letales el jueves sobre un centro de primeros auxilios de Hezbolá en el centro de Beirut, tras el abatimiento de soldados israelíes cerca de la frontera norte, según fuentes libanesas. Este es el segundo ataque en una semana en la capital libanesa, y ocurre en medio de crecientes tensiones entre Israel e Irán, que días atrás lanzó su segundo ataque directo en la historia contra Israel.
El Ministerio de Salud de Líbano informó que en el ataque inicial murieron dos personas, pero la cifra aumentó a seis debido al fallecimiento de cuatro heridos. Siete personas más fueron trasladadas a hospitales locales con heridas de diversa gravedad. Un portavoz de Hezbolá señaló que el objetivo fue el centro de protección civil del movimiento en el distrito de Bachoura, en pleno corazón de Beirut.
Israel ha justificado los ataques como una medida para asegurar su frontera con Líbano, con el fin de permitir el retorno de los desplazados israelíes que han sido afectados por los enfrentamientos con Hezbolá durante el último año.
El miércoles, Hezbolá afirmó haber repelido una incursión israelí en el sur de Líbano, donde Israel confirmó la muerte de ocho soldados, sus primeras bajas desde que comenzó su ofensiva terrestre contra las posiciones del grupo proiraní. Ese mismo día, Israel lanzó tres bombardeos más en el sur de Beirut, según fuentes cercanas a Hezbolá.
El Ministerio de Salud de Líbano reportó que en las últimas 24 horas, 46 personas murieron y 85 resultaron heridas en varias regiones del país debido a los bombardeos israelíes. Los enfrentamientos han dejado ya más de 1.900 muertos en Líbano desde el inicio de los intercambios de fuego en octubre de 2023.
En paralelo, Irán disparó 200 misiles contra Israel, que afirmó haber interceptado la mayoría de ellos. Aunque en Israel solo hubo dos heridos leves, el ataque provocó la muerte de un palestino en Cisjordania ocupada.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó el “ciclo repugnante” de violencia en la región, mientras que el G7 señaló que aún es posible encontrar una solución diplomática. Por su parte, el ex primer ministro israelí Naftali Bennett abogó por aprovechar la situación para destruir la infraestructura nuclear iraní.