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El Banco Central de Costa Rica ha lanzado una moneda conmemorativa de 500 colones en celebración del bicentenario de la anexión del partido de Nicoya. Esta moneda, que es bimetálica, presenta un diseño distintivo que incluye un mapa de Costa Rica, el majestuoso árbol de Guanacaste y la representación de una mujer con traje típico, destacando elementos culturales e históricos de la región.
Además de su atractivo diseño, la moneda conmemorativa lleva grabados significativos: «200 años de la anexión del partido de Nicoya 1824-2004» y «de la patria por nuestra voluntad», resaltando el sentido de pertenencia y decisión del pueblo de Nicoya al formar parte de Costa Rica. Para los coleccionistas y entusiastas, el Banco Central ha puesto a disposición un total de 20.000 monedas de colección, que están disponibles desde el 26 de julio a un precio de 9.275 colones por unidad.
✅ A partir de este viernes 26 de julio, ponemos a disposición 20.000 monedas de colección distribuidas en Museos del Banco Central y entidades financieras.
— BCCR (@BancoCentralCR) July 25, 2024
💰 Puede ver los lugares de venta en este breve comunicado: https://t.co/kpEf69qE16 pic.twitter.com/Q9NTgYiX65
Esta moneda conmemorativa de 500 colones no solo celebra el bicentenario de un evento histórico crucial, sino que también rinde homenaje a la rica herencia cultural y a figuras prominentes como Recaredo Briseño Arauz, cuya vida y obra continúan inspirando a las generaciones actuales.
Herencia Nicoyana
En el contexto histórico, no podemos dejar de mencionar a Recaredo Briseño Arauz, un maestro visionario y líder comunitario de Nicoya. Nacido el 22 de mayo de 1892 en Nicoya, Briseño Arauz tuvo una gran influencia tanto en la educación como en el desarrollo comunitario de su región. Fue el fundador de la primera cooperativa en Nicoya, un hito significativo que marcó el progreso social y económico del área. Su legado es tan importante que una escuela y un parque en Nicoya llevan su nombre en honor a su contribución.
Recaredo Briseño Arauz provenía de una familia influyente en la anexión de Nicoya, siendo hijo de don Eugenio Briseño Baldioceda y descendiente de destacadas figuras locales como don Manuel Briseño Viales, quien era alcalde mayor y primo de don Cupertino Briseño Viales. Su dedicación a transformar la pobreza en prosperidad a través de la educación y cooperación comunitaria sigue siendo recordada y celebrada en Nicoya.