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Los expresidentes de Costa Rica respondieron enérgicamente a las declaraciones del presidente Rodrigo Chaves, quien afirmó que Costa Rica es una «dictadura perfecta».
En respuesta, varias figuras políticas, incluidos los expresidentes, subrayaron la importancia crucial de proteger y fortalecer la democracia costarricense para evitar comparaciones erróneas con otros países.
Además, algunos diputados recalcaron la responsabilidad que tiene el presidente como representante electo en un proceso democrático, haciendo un llamado al cuidado en sus declaraciones públicas.
Algunos señalaron que el presidente debería focalizar sus esfuerzos en abordar estos problemas estructurales dentro del país en lugar de hacer comparaciones inexactas. Las críticas se extendieron a los expresidentes, enfatizando la necesidad de un enfoque más conciliador y menos divisivo en el discurso político.
Los expresidentes también comentaron sobre la situación de países vecinos como Nicaragua y Venezuela, exponiendo que, a pesar de los desafíos, Costa Rica se mantiene como una verdadera democracia, lejos de las características de un régimen autoritario.
Este punto fue respaldado con citas contundentes como «Costa Rica sí es una verdadera democracia» y «Compararla con ese tipo de países y ese tipo de no democracias pues no tenemos coincidencias en nada», reforzando así la posición de Costa Rica como un bastión democrático en la región.
Además, se hizo un llamado al diálogo por parte de los expresidentes para resolver los problemas del país de manera colaborativa. Insistieron en la necesidad de abrir canales de comunicación efectivos entre las diferentes ramas del gobierno y la población, con el objetivo de enfrentar juntos los retos como la desigualdad social y la crisis educativa.
