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Un trabajo especial por Noticias Trivisión visibiliza la infiltración del crimen organizado en el Cantón Central de Puntarenas, que ha llegado a niveles alarmantes, reclutando a jóvenes desde la temprana edad de 14 años y convirtiendo esta región en una de las más afectadas por la violencia en el país.
Actualmente, Puntarenas registra un total de 84 homicidios, lo que representa un incremento de 15 homicidios en comparación con el año anterior, una situación que refleja el grave deterioro de la seguridad en la zona.
Los sectores más conflictivos identificados por las autoridades incluyen Fray Casiano, Barranca, El Roble y Chacarita, lugares donde la presencia de grupos criminales y la actividad delictiva son más intensas.
Esta situación se ve exacerbada por la falta de oportunidades laborales y educativas para los jóvenes, lo que los impulsa a unirse a estos grupos criminales en busca de un sentido de pertenencia y medios de subsistencia.
La intervención oportuna y rápida de las autoridades ha sido crucial para contener situaciones de violencia en estos sectores conflictivos. Gracias a estos esfuerzos, se ha logrado detener a muchas personas involucradas en actividades delictivas y ponerlas a disposición de la autoridad judicial correspondiente. La Fuerza Pública, junto con el Grupo de Apoyo Operacional, trabajan incansablemente en la prevención y control del crimen, implementando operativos y estrategias para mejorar la seguridad en Puntarenas.
Sin embargo, para que estos esfuerzos sean verdaderamente efectivos, es fundamental la colaboración ciudadana. La comunidad debe involucrarse activamente y reportar cualquier actividad delictiva para que las autoridades puedan actuar a tiempo.
Una de las realidades más tristes de esta problemática es que los jóvenes reclutados por el crimen organizado, en su mayoría entre los 14 y los 17 años, tienen una vida delictiva muy corta y pocas veces llegan a superar los 23 años de edad.
Además, los problemas de infraestructura y el desplazamiento de oficinas gubernamentales han contribuido significativamente a la disminución de oportunidades en el centro de Puntarenas. La reubicación de estas oficinas ha dejado vacíos importantes en la infraestructura local, limitando las opciones de empleo y desarrollo económico para la comunidad, y creando un entorno propicio para la expansión del crimen organizado.
Es necesaria la intervención de las autoridades y la colaboración ciudadana, además de una inversión significativa en infraestructura y oportunidades de desarrollo para ofrecer a los jóvenes caminos alternativos al crimen y asegurar un futuro más prometedor para la región.
