El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ha suspendido las relaciones diplomáticas con el Vaticano en respuesta a las críticas del Papa Francisco al régimen nicaragüense. El Pontífice había calificado al gobierno de Ortega como "una dictadura grosera" y lo había comparado con una "dictadura hitleriana". La medida ha sido interpretada como una clara señal de la tensión entre el gobierno y la Iglesia en Nicaragua.
La decisión del presidente Ortega ha generado un gran revuelo en la comunidad internacional y ha llevado a muchas personas a cuestionar el futuro de las relaciones entre la Iglesia y el gobierno en Nicaragua. Los críticos del régimen nicaragüense han acusado a Ortega de estar actuando de manera autoritaria y de estar atacando a una institución tan respetada como la Iglesia Católica.
