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«Si se quedan, van a morir», advirtió la alcaldesa de Tampa, Jane Castor, mientras se aproxima el peligroso huracán Milton, que amenaza con impactar la costa oeste de Florida en la noche del miércoles o madrugada del jueves. Esta alarmante declaración busca instar a los residentes de zonas en riesgo a evacuar de inmediato.
Según el Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. (NHC), Milton es un huracán «potencialmente mortal» debido a las tormentas, fuertes vientos e inundaciones que causará. Los pronósticos indican que tocará tierra cerca de Tampa, con vientos sostenidos de 240 km/h.
Castor mencionó que, si la marejada ciclónica entra en la bahía de Tampa, inundará los vecindarios cercanos. Por ello, se han emitido órdenes de evacuación obligatoria en áreas propensas a inundaciones en el condado de Hillsborough y otras regiones cercanas, como Charlotte, Citrus, Collier, Hernando, Lee, Levy, entre otros.
El presidente Joe Biden también instó a los residentes a evacuar de inmediato, señalando que el huracán Milton podría ser la tormenta más devastadora que haya visto el país en los últimos 100 años. Este llamado se realiza mientras Florida y otros cinco estados aún se recuperan del huracán Helene, que dejó más de 200 muertos hace solo 10 días.
Mientras Milton se intensifica, los residentes han comenzado a prepararse comprando suministros y evacuando. Sin embargo, el tráfico y la falta de combustible han complicado los desplazamientos. En algunas carreteras, el tráfico ha aumentado un 150%, generando atascos que han atrapado a miles de vehículos durante horas.
El gobernador Ron DeSantis ha solicitado a los residentes tomar en serio los planes de evacuación, ya que, una vez que el huracán toque tierra, las autoridades no podrán socorrer a quienes decidan quedarse. Se han habilitado 36 albergues para los evacuados, y cientos de vuelos en aeropuertos como Tampa y Orlando han sido cancelados.
El NHC estima que Milton tocará tierra el miércoles por la noche, y su intensidad podría ser suficiente para generar lluvias torrenciales, inundaciones, marejadas ciclónicas de hasta 4.5 metros, y fuertes vientos que podrían dejar áreas inhabitables por semanas o meses. A pesar de haber perdido algo de fuerza, el huracán aún representa una amenaza inminente para la costa oeste de Florida, y podría duplicar su tamaño antes de llegar.
