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El embalse Arenal se transformó en el corazón energético de Costa Rica, desplazando comunidades y generando electricidad, riego y desarrollo para toda la región Chorotega.
El embalse Arenal, en la provincia de Guanacaste, Costa Rica, produce hasta el 40% de la energía nacional en verano, riega más de 35.000 hectáreas y abastecerá agua potable a comunidades guanacastecas.
Un gigante hídrico que nació del sacrificio de un pueblo
El embalse Arenal no solo es una obra de ingeniería colosal, sino una pieza clave del desarrollo energético e hídrico de Costa Rica.
Pero su historia inició con un desplazamiento forzoso, así lo explicó el coordinador del proceso de operación y mantenimiento de la región Chorotega, Omar Castro, a Noticias Trivisión:
“Para esa expansión del embalse se necesitó desplazar algunas comunidades, entre eso el Viejo Arenal, que se desplazó en los años 73 a un nuevo pueblo”.
En total, se movilizaron cerca de 893 personas, incluyendo a los habitantes del pueblo Tronadora.
Este embalse plurianual es el único de su tipo en Costa Rica y tiene una capacidad de 87 kilómetros cuadrados. Su agua no solo mueve turbinas en las plantas Arenal, Dengo y Sandillal, sino que permite riego agrícola y abastecimiento de agua potable para Guanacaste.
“Después de el embalse Sandillal, esa agua llega a una represa llamada Magdalena y se divide en dos canales de riego. Hoy estamos llegando con agua a más de 35.000 hectáreas”, agregó Castro.
Una cascada de energía que sostiene al país
La generación eléctrica del embalse Arenal es una hazaña de ingeniería.
“Esta planta opera en cascada. Se toma el agua del embalse Arenal y se traslada por un túnel de 7,5 km a la planta Arenal. Luego, esa misma agua viaja a la planta Dengo y después a Sandillal”, explicó Castro.
Este sistema alcanza una potencia combinada de hasta 865 megawatts. Durante el verano, Arenal ha llegado a producir hasta el 40% de la energía que consume Costa Rica. En promedio anual, su aporte se mantiene entre el 20% y el 22%.
“Es el corazón del sistema eléctrico nacional en verano”, afirmó.
Además de su impacto energético, el agua del embalse tiene un destino aún más ambicioso: alimentar el proyecto Paacume, que extenderá la cobertura de riego hasta 60.000 hectáreas y permitirá una planta de tratamiento para dar agua potable al Pacífico seco.
“Es una maravilla de ingeniería: tomamos aguas del Atlántico, donde llueve más, y las llevamos al Pacífico, donde son escasas”, concluyó Castro.
Este embalse del Arenal no solo desplazó pueblos enteros como Viejo Arenal y Tronadora en los años 70, también se convirtió en el motor energético que sostiene hasta el 40% de la electricidad costarricense durante los meses más secos.
