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Las recientes inundaciones y los intensos vientos que azotaron San Buenaventura, Colorado, en Guanacaste, representaron un evento sin precedentes, afectando gravemente a un total de ocho familias locales.
Este fenómeno climático, inesperado por la magnitud de sus consecuencias, se presentó como el primero de su tipo registrado en esta área. Los residentes, sorprendidos por la situación, comentaron que nunca antes habían experimentado este tipo de afectación severa.
La tormenta, caracterizada por su brevedad, duró aproximadamente 30 minutos, pero fue suficiente para causar daños significativos y generalizados. Árboles fueron arrancados de raíz, y se reportaron pérdidas materiales importantes en la comunidad.
Ante la devastación, la comunidad ha lanzado un llamado urgente solicitando colaboración para llevar a cabo labores de limpieza y reparar los daños ocasionados. Esta petición se dirige en parte a las autoridades municipales, a quienes se urge revisar el estado de los árboles en la zona para prevenir futuros incidentes. En este escenario, la importancia de la unión y colaboración entre los vecinos se ha evidenciado como crucial.
La comunidad de San Buenaventura ha mostrado una notable resiliencia ante la adversidad. Esta situación subraya el papel esencial del apoyo mutuo y la resiliencia frente a los desafíos actuales y futuros.
