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La viruela del mono, ahora conocida como mpox, ha resurgido como una preocupación global con un nuevo brote impulsado por la cepa Ib del clado 1, que se propaga rápidamente en la República Democrática del Congo (RDC) y países vecinos. Esta cepa es más letal que las anteriores, con una tasa de mortalidad que oscila entre el 5% y el 10%, mucho más alta que el clado 2, que causó el brote mundial en 2022.
🛎️ Países de las Américas deben reforzar la vigilancia de #Mpox ante la posible propagación de la nueva variante detectada en África.
— OPS/OMS (@opsoms) August 12, 2024
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Este brote ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a declarar una emergencia sanitaria global, destacando la necesidad urgente de recursos y vigilancia para contener la propagación. A pesar de los esfuerzos internacionales, la disponibilidad de vacunas y tratamientos sigue siendo limitada en África, lo que agrava la situación en regiones con infraestructuras de salud deficientes.
La enfermedad se transmite principalmente a través del contacto cercano y, en algunos casos, por vías sexuales. Aunque se han detectado casos en países fuera de África, como Suecia, el riesgo sigue siendo más alto en áreas donde la enfermedad es endémica. La OMS ha enfatizado que sin una respuesta global coordinada, el mpox podría convertirse en una amenaza aún mayor para la salud pública.
