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Costa Rica sigue siendo un punto de tránsito clave para miles de migrantes deportados de Estados Unidos, quienes buscan regresar a sus países de origen o encontrar una nueva oportunidad.
El Centro de Atención Temporal de Migrantes (CATEM), ubicado en El Carmen de Abrojo, en Corredores de Puntarenas, se ha convertido en un espacio de esperanza y desesperación para muchos de estos viajeros. José Luis Rodríguez, periodista de Trivisión, reportó algunas de las difíciles historias de los migrantes que buscan un futuro en medio de incertidumbre.
Don Omer Badilla, director de Migración, explicó la situación:
«El gobierno de Costa Rica está comprometido con la seguridad y bienestar de los migrantes, pero necesitamos que ellos elijan entre varias opciones. Algunas de ellas son el retorno voluntario, el asilo político o incluso un tercer país de acogida.»
A pesar de los esfuerzos del gobierno, el desafío continúa. «El calor en el CATEM es insoportable. Muchos vienen de países fríos, y aquí la situación es difícil», dijo Rodríguez.
El CATEM alberga a 94 migrantes que esperan soluciones para su futuro, mientras el gobierno trabaja con la ONU y Estados Unidos para gestionar su regreso. Sin embargo, seis personas han logrado fugarse, lo que demuestra la vulnerabilidad de este proceso.
La comunidad internacional sigue observando con atención el manejo de esta crisis migratoria en Costa Rica, un país que se enfrenta a retos humanitarios, pero que también muestra su compromiso con la transparencia y el bienestar de los migrantes.